Si quisiéramos referirnos a una "gráfica mexicana" sería sumamente relativo el uso de dicho apelativo, pues como tal no podemos jactarnos de tenerla con todo lo que implica el termino. En realidad estamos ampliamente influenciados por una gráfica extranjera de países europeos como Francia, España y Alemania, por mencionar solo algunos, y que con el tiempo se han ido mezclando y adaptando a la cultura mexicana, pues con la colonización se destruyó todo intento de evolución en la gráfica autóctona, quedando en proceso el desarrollo de los sistemas de escritura, glifos, grecas, ideogramas y las diferentes expresiones visuales que ahora solo se pueden observar de manera escueta pero precisa en las diversas piezas de cerámica, las pirámides y demás utensilios prehispánicos que han sido hallados por los arqueologos.
Sería interesante conocer la respuesta de la pregunta acerca de ¿que hubiera pasado si esa gráfica hubiera seguido su curso natural y no hubiera sido interrumpida? si hubiera evolucionado y llegado a madurar, brindándonos una identidad gráfica más sólida, concreta y propositiva que nos distinguiera en el resto del mundo por su contribución al Diseño.
Si bien es cierto, hay prototipos que nos distinguen y que son bien conocidos, como el sombrero, el poncho, los burros, los nopales, clichés que si lo pensamos bien y hurgamos un poco en la historia, tampoco son propios de nuestro país, sino que han sido adjudicados como resultado de la misma colonización. Existen también algunas manifestaciones interesantes y prototípicas que, si bien no se han gestado en su totalidad en México, si se han nutrido de la cultura de nuestro país. Aún así no podemos adjudicarnos desarrollos artísticos propios que hayan trascendido o aportado al mundo de las artes y la gráfica un desarrollo tan importante como si habláramos de una columna de Trajano que a su ves dio origen a el alfabeto latino, ni desarrollamos un mecanismo para imprimir tipos móviles, no tuvimos un sin numero de pintores, escultores o arquitectos que desarrollaran un estilo basado en una gráfica madurada por siglos, como ha sucedido en otros países. Todo lo que al día de hoy sabemos es en gran medida proveniente del viejo continente, de las personas que trajeron su conocimiento y lo compartieron en los oficios o en las escuelas Latinoamericanas, en donde encontraron un campo virgen con todo el potencial para experimentar y desarrollarlos sin competencia alguna. Si profundizáramos en ello encontraríamos en su mayoría nombres extranjeros como: Giovanni Paoli, Claude Dieterich, Gerd Leufert, Gui Bonsieppe, entre otros que han dejado ya su huella en la historia del Diseño Gráfico Latinoamericano sin siquiera ser latinos de nacimiento.
Entonces ¿realmente existe al día de hoy una gráfica 100% mexicana?. Quizás estamos empezando a ver muestras de lo que pudieran ser los primeros intentos por buscar una identidad que defina al diseño mexicano ante el mundo y actualmente existen propuestas interesantes que, si logran madurar, pueden marcar una revolución importante en el ámbito del Diseño en México. Nombres como Pineda Covalín, Zoveck, Hula+Hula, Watchavato, kimera (Gabriel Martínez Meave), Cristóbal Henestrosa, entre otros, están desarrollando gráfica, fuentes e ilustraciones retomando la escencia mexicana y lo mas importante es que la están proyectando fuertemente al extranjero. Tampoco hay que olvidar a los investigadores como la Dra. Marina Garone, Luis Almeida o Giovanni Troconi, quienes con su trabajo ayudan a comprender mejor nuestra historia, raíces y esencia, contribuyendo con ello al desarrollo de dicha gráfica, para que en un futuro quizás no muy lejano podamos afirmar, sin miramientos, que estamos haciendo Diseño Gráfico 100% mexicano.
